NAVIDAD 2020
NUESTRO ÁRBOL DE NAVIDAD
Esta es una receta distinta es la receta de la felicidad, cuando llega la Navidad todo se olvida ¡De verdad pensáis que eso es cierto¡ ¡Con el año tan duro que hemos vivido¡ ¡Separados de los nuestros de un día para otro¡ ¡Con miedo a abrazarnos por si nos infectan¡.
Imagino que habéis escuchado muchas veces la frase que dice la vida es un viaje olvídate del destino y disfruta del camino.
Eso es lo que yo he intentado hacer todo este año que ha transcurrido.
Ha sido un año extraño muy diferente a todo lo conocido hasta ahora, pues hemos tenido que aprender a convivir con el temible virus que nos acecha a todos, ricos y pobres, de un país y de otro.
De un día para otro nuestro gobierno nos confinó en casa, y nos pidió solo salir a la compra y el que tuviera perro, se le permitía salir a pasearlo.
Los niños pequeños y grandes tenían prohibido salir a la calle, había que proteger a la infancia y se hizo¡ Eso es lo que se creía¡ Luego se ha comprobado, que son los que menos se infectan.
Escuchábamos por las noticias, que en China comenzó todo y luego el resto de Europa, unos países comenzaron antes que otros a a tomar medidas de confinamiento.
En todo el mundo se ha cebado en nuestros mayores, las residencias de ancianos son las más perjudicadas.
En nuestro caso y en mi hogar hubo un momento, unos minutos y dos llamadas simultáneas, las de nuestros 2 hijos, mamá, papá, vamos corriendo a recoger a nuestros hijos, nos dejan salir antes del trabajo, vamos hacía vuestra casa a por los pequeñines, creemos que nos van a confinar.
Y así de un día para otro se terminó nuestra rutina de abuelos, hemos criado a nuestros 2 chiquitines desde que mi hija y mi nuera terminaron la baja maternal, hasta que se dictó el confinamiento en Marzo.
Nuestros chiquitines, gatearon y dieron sus primeros pasos en nuestra casa, Thiago el mayor ya andaba y casi corría, nuestra chiquitina Luna el mismo día que la recogieron comenzó a andar por el pasillo de casa, muy vacilante ella
Después de los meses, en los que solo hablábamos por video wasap, ellos han crecido como no, pero hemos intentado estar pendientes de ellos.
En verano nos hemos juntado en el exterior poco y con cuidado y éstas Navidades nos hemos reunido por partes solo algún día y sólo nos hemos juntado los 8 en casa el día de Nochevieja.
La Mascarilla ha venido para quedarse de momento y la vacuna tan prometida, aunque ha llegado, aún no ha comenzado a distribuirse.
Si por supuesto de momento estamos sanos, nos hemos perdido momentos insustituibles de su infancia, pero siempre que podemos les vemos, con cuidado y responsabilidad.
Hemos aprendido a no abrazarnos igual y a querernos en la distancia.
Solo esperamos que el próximo 2021 sea mucho mejor que el año que dejamos y que veamos la luz de nuevo y sobre todo que podamos abrazarnos sin miedo y ver las sonrisas en los rostros.
Imagino que habéis escuchado muchas veces la frase que dice la vida es un viaje olvídate del destino y disfruta del camino.
Eso es lo que yo he intentado hacer todo este año que ha transcurrido.
Ha sido un año extraño muy diferente a todo lo conocido hasta ahora, pues hemos tenido que aprender a convivir con el temible virus que nos acecha a todos, ricos y pobres, de un país y de otro.
De un día para otro nuestro gobierno nos confinó en casa, y nos pidió solo salir a la compra y el que tuviera perro, se le permitía salir a pasearlo.
Los niños pequeños y grandes tenían prohibido salir a la calle, había que proteger a la infancia y se hizo¡ Eso es lo que se creía¡ Luego se ha comprobado, que son los que menos se infectan.
Escuchábamos por las noticias, que en China comenzó todo y luego el resto de Europa, unos países comenzaron antes que otros a a tomar medidas de confinamiento.
En todo el mundo se ha cebado en nuestros mayores, las residencias de ancianos son las más perjudicadas.
En nuestro caso y en mi hogar hubo un momento, unos minutos y dos llamadas simultáneas, las de nuestros 2 hijos, mamá, papá, vamos corriendo a recoger a nuestros hijos, nos dejan salir antes del trabajo, vamos hacía vuestra casa a por los pequeñines, creemos que nos van a confinar.
Y así de un día para otro se terminó nuestra rutina de abuelos, hemos criado a nuestros 2 chiquitines desde que mi hija y mi nuera terminaron la baja maternal, hasta que se dictó el confinamiento en Marzo.
Nuestros chiquitines, gatearon y dieron sus primeros pasos en nuestra casa, Thiago el mayor ya andaba y casi corría, nuestra chiquitina Luna el mismo día que la recogieron comenzó a andar por el pasillo de casa, muy vacilante ella
Después de los meses, en los que solo hablábamos por video wasap, ellos han crecido como no, pero hemos intentado estar pendientes de ellos.
En verano nos hemos juntado en el exterior poco y con cuidado y éstas Navidades nos hemos reunido por partes solo algún día y sólo nos hemos juntado los 8 en casa el día de Nochevieja.
La Mascarilla ha venido para quedarse de momento y la vacuna tan prometida, aunque ha llegado, aún no ha comenzado a distribuirse.
Si por supuesto de momento estamos sanos, nos hemos perdido momentos insustituibles de su infancia, pero siempre que podemos les vemos, con cuidado y responsabilidad.
Hemos aprendido a no abrazarnos igual y a querernos en la distancia.
Solo esperamos que el próximo 2021 sea mucho mejor que el año que dejamos y que veamos la luz de nuevo y sobre todo que podamos abrazarnos sin miedo y ver las sonrisas en los rostros.
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